viernes, 2 de agosto de 2013

Ceguera

Qué pasará cuando se ajen nuestros ojos,
cuando estés tan cerca y no te pueda tocar,
cuando el despertar quede dormido.


De qué nos servirá, acaso, la belleza intacta,
la falsa certeza de no verte tropezar,
el infierno tras el paraíso.


Murió el candil, las masas ya no encuentran la salida,
entre tumulto y desesperación.
Vagando en vandadas, movidos por el viento,
sin planes ni sueños. Promesas de cartón.


Sus párpados les cierran el camino al horizonte,
malheridos de imaginación.
Golpean a diestro con mil bastones blancos,
salvando acaso, el recuerdo en un rincón.


Cuánto durará ese miedo que nos paraliza,
que nos ciega el alma y no deja respirar,
ese miedo que vive contigo... Y conmigo.


Qué estrella mirar, ahora que todo es abismo,
que tus pies descalzos no saben donde pisar,
por miedo a borrar nuestro destino.
Por miedo a alejarse del camino.


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